El ser humano, el trabajo zombie 🧟 frente a los cambios de la tecnología 🤖🦾
- Clave Psicológica
- 2 jun 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 9 jun 2024
Una historia real en el cine.

Dicen que las tasas de pobreza han aumentado. Ayer en el cine antes de ingresar veía las pantallas digitales para la compra de entradas lo cual era una opción para algunos, otros seguramente como muchos compraron su entrada por internet al igual que lo hice yo, pero en mi caso debido a que tuve inconvenientes de activación para comprar por la página web, el cine me reservó on line mi ticket hasta determinada hora, lo sé porque apareció un pantallazo y llegó un correo a mi bandeja de entrada indicando ello, así que debía acercarme a la caja y hablar con el personal.
Al llegar a la entrada del cine me recibió una amable recepcionista, a la cuál le comenté lo sucedido y me indicó ir a una determinada caja. Me dirigí a la zona a la cual me orientó y me parece haber sido la segunda cliente que atendieron, comencé a notar que no había tantas colas como antes, entonces fue en ese momento que pensé que no había necesidad de estar en una cola ante las otras posibilidades (antes descritas) que me permitía realizar el pago para adquirir una entrada, pero un acceso tecnológico falló y ahí estaba en la cola con una persona delante de mí (quién sabe antes se aprovecharía en socializar en una fila con otras personas).
Al cabo de un rato antes de que empiece la función, nos dispusimos a comprar los bocaditos, notamos que las pantallas que antes indicaban los combos y precios ya no aparecían, sólo habían fotos de los combos. Ante ello, pensé nuevamente ¡bueno para que complicarnos en ir a la caja y preguntar, además tener que hacer colas! así que ingresamos a nuestro celular (literal parece una célula de nuestro cuerpo) pero al no poder acceder a una compra, de nuevo nos dirigimos a comprar bocaditos con un "cajero humano" y nos topamos con la sorpresa que ya podíamos hacerlo desde las cajas de autoservicio ya que solo ahora ellos se encargan de hacer las entregas de alimentos, al menos eso entendí. En ese momento, otra vez mi mente comenzó a pensar pero esta vez sobre el cambio que comenzaba a ver en la atención, bueno...rápidamente fuimos y digitamos la compra con familiaridad no es nada nuevo lo digital, la máquina imprimió el ticket y al regresar con el joven que nos atendió me hizo pensar en esta ocasión que salvo alguna que otra situación muy específica o algún contra tiempo en la compra, te atiende un ser humano.
Ah! pero esto no termina ahí... ya con nuestra bandeja en mano, saqué un poco incómoda de mi cartera el ticket de la entrada y mientras me dirigía a la puerta de la sala sentía que algo faltaba, era raro, distinto, había un cambio y ¡claro! era que no había nadie, ningún joven, ningún humano orientándonos o solicitando la entrada impresa como antes o el QR del teléfono, me queda la duda si fue por que entré minutos más tarde a la función o es que en verdad ya no es necesario presentar entrada porque la recepcionista la verifica en la puerta al ingresar al cine ya que son digitales y pocos (como fue en mi caso en esta ocasión) compran un boleto con el "cajero humano".
Toda esta experiencia me hizo reflexionar y analizar sobre las personas y la tecnología, sobre los puestos de trabajo (zombies le digo porque ya parecen morir, desaparecer) antes tan comunes y que hoy se encargan algunas máquinas, que años anteriores debido a la demanda, realizaban muchas más personas en ese entorno, que como sabemos por lo general son chicos estudiantes en muchos casos. Me hace cuestionarme ¿Hoy cómo hacen muchos jóvenes para solventar sus gastos? claro está que varios no son migrantes, sino nativos digitales lo que les permite adecuarse a otros estilos de trabajo, hacer emprendimientos u otro, pero dudo que todos tengan alguno o tengan las herramientas o recursos para hacerlo dada las diferencias en el país, por ello surge la duda y el deseo de tener respuestas con la finalidad de comprender nuestra realidad y ser justos con esta.
Otra realidad, que ya se puede apreciar, es ver en algún grifo o supermercado con cajas de autoservicio.
Ante estos cambios que ya empiezan a germinar en Perú y seguro también en muchos países, surgen preguntas para reflexionar y sería interesante saber si ha disminuido la cantidad de estudiantes que acceden a prepararse académicamente y los motivos por lo que sí y no estudian hoy en día. ¿Qué carreras eligen? ¿El mercado de hoy ofrece carreras sostenibles a futuro? ¿Qué profesiones o labores pueden ser reemplazables? ¿Aumentarán las tasas de desempleo por falta de oferta debido a los cambios tecnológicos? ¿Qué no conviene que sea reemplazable? También sería interesante saber, ¿Qué plan tiene nuestro gobierno frente a este cambio que da luces de una revolución tecnológica? ¿Qué planes tienen las empresas frente al cambio que también los puede impactar desde adentro y fuera de la corporación? ¿De qué forma podemos apoyar cada uno ante esta situación social tecnológica?
Finalmente, frente al incremento de la tasa de pobreza en Perú. Efectivamente, proponemos esta hipótesis de que los cambios tecnológicos silenciosos y progresivos en las ciudades van a alterar el índice de pobreza y otros, dado el reemplazo de humanos por las máquinas, sumado a ello, la escasa posibilidad de acceso a la tecnología y las desigualdades en la educación y en distintos ámbitos que tiene el país que son de importancia investigar y estudiar para afrontar una realidad que nos permita crecer como sociedad.
La tecnología trae ventajas pero también cambios e impactos para el ser humano.
¿Cuáles son los límites en un país como el nuestro para ser sostenibles?
¿Es la tecnología y sus avances tan indispensables para el ser humano?
¿La sociedad peruana está preparada para este impacto tecnológico laboral?
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